Centroamérica entre líneas
Centroamérica entre líneas: un blogcast de libros
Exilios interiores
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Exilios interiores

de Alejandra Flores Bermúdez

Confinamiento y exilio aluden en principio a realidades contrapuestas, especulares, invertidas. El exilio, la necesidad imperiosa, forzosa a menudo, de abandonar el hogar contra voluntad; alude el confinamiento, por el contrario, a la voluntad no deseada de permanecer recluido en el hogar. Sin embargo, en el contexto centroamericano, podemos acuñar la expresión «exilio interior» sin temor a caer en contradicciones poéticas.

Entendiendo exilio interior como una expresión usada para describir la situación de aislamiento y exclusión vivida por todas aquellas personas que se ven obligados a escapar, los actuales gobiernos de la región, particularmente los de Nicaragua, El Salvador, Guatemala y hasta cierto punto, Honduras, se están ensañando con algunos sectores civiles, especialmente aquellos que exponen las injusticias del sistema y las acciones carentes de transparencia de dichos gobiernos.

Todos tienen algo en común: frente a una realidad que los persigue y los acosa, resisten. Siguen contando Centroamérica ante el auge de los sistemas autoritarios que criminalizan la libertad de prensa y expresión y convierten, en enemigos del poder, a los periodistas, escritores, intelectuales, defensores de los derechos humanos y en definitiva, ciudadanos y ciudadanas inquietos que alzan su voz para informar, narrar y denunciar injusticias. Y en Centroamérica, estos tienen sobrada inspiración para escribir sobre las injusticias y las acciones despóticas de sus actuales gobiernos.

Nicaragua es el destino que la prensa centroamericana no quiere: más de 200 periodistas en el exilio y 54 medios cerrados por el actual sistema dictatorial. El actual régimen ha aprobado medidas y leyes para criminalizar las voces críticas. Este confiscó las redacciones de los medios más críticos y en su lugar fueron inauguradas como entidades estatales,  supuestos centros de atención médica y de educación técnica. La represión ha continuado contra la ciudadanía. Muchos de ellos han visto decomisados sus bienes, intervenidos sus dispositivos electrónicos mediante el uso de programas informáticos como Pegasus,  de la empresa israelí NSO Group, o incluso se han visto despojados de su nacionalidad.

En El Salvador, hay varias señales de alerta que indican que se va en esa ruta: intervenciones masivas con Pegasus, difamación y construcción de acusaciones judiciales contra periodistas y cierre de espacios informativos. El periodismo independiente en El Salvador se enfrenta a una clara declaratoria de guerra. El recién electo gobierno ha arreciado los ataques y las amenazas cuando el periodismo y por extensión, la ciudadanía, fiscaliza y controla sus decisiones. El gobierno de El Salvador mantiene un control absoluto de todos los poderes del Estado, dirige el país bajo denuncias constantes de violaciones a los derechos humanos; con mano violenta tras la imposición de un régimen de excepción que eliminó de un tajo las garantías constitucionales, justificándose en una guerra contra las pandillas, con las cuales mantenía un acuerdo hasta que se rompió con violencia en mayo de 2022.

En Guatemala, a diferencia de Nicaragua y El Salvador, donde la figura del hombre fuerte ha doblegado a las instituciones, un pacto entre políticos, empresarios y funcionarios opacos ha instrumentalizado a la justicia, persiguiendo a exfiscales y periodistas que investigaron o divulgaron las investigaciones de diferntes casos de corrupción, identificados por la extinta Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG). El mismo operador de justicia encargado de velar por el estricto cumplimiento de las leyes del país, ha iniciado una cruzada contra antiguos fiscales, jueces y magistrados, así como a periodistas y académicos que habían perseguido y denunciado la corrupción.

Y en Honduras, en el último año cuatro periodistas han sido asesinados. “Hay una enorme impunidad” porque el porcentaje de personas sentenciadas por estos casos es “mínimo” en Honduras. A esta situación de violencia homicida contra los informadores, única en la subregión, se suman las “preocupantes amenazas veladas y directas” a la libertad de expresión a través de leyes que la limitan y atentan contra los periodistas y dueños de medios.

El fenómeno de la huida de los comunicadores, a causa de la persecución en sus países de origen, es un fenómeno que se repite en distintos países de la región centroamericana es similar al de países en guerra como Ucrania, Sudán y Siria.

Y haciendo un ejercicio de empatía, nos podemos imaginar lo que una persona, amenazada por el simple hecho de ejercer su profesión y viviendo en esas condiciones de inseguridad, llega a sentir. El sentimiento de seguridad de volver con tranquilidad a su casa es realmente un acto de fe, así como de frustración por verse obligado a dejar de hacer periodismo.

En otras palabras, ejercer la profesión de informar sin miedo y que las fuentes tampoco tengan temor de expresarse. Lamentablemente, el miedo se ha apoderado, con justificada razón, de todos en la mayoría países de la región centroamericana, donde una declaración o mención en un medio de comunicación puede llevarte a una celda.

Sin embargo, es sumamente difícil imaginar la impotencia que sufren aquellas personas que se ven obligadas a dejar su país, sus familiares y amistades, por el temor a las amenazas de cárcel o muerte.

Tal y como la escritora española de la generación del 27, Rosa Chacel, expresó: Yo no sé cómo acabará esto -nuestro exilio, si es que puede acabar-, pero en el mejor de los casos, la destrucción cotidiana nos está dejando irreconocibles.

Definitivamente la fragilidad que se siente de vivir en el exilio puede ser una forma de castigo, nostalgia y soledad.

Y si la nostalgia y el exilio pudiesen expresarse con versos, estos serían los de la poeta hondureña Alejandra Flores Bermúdez.

En su obra Exilios interiores, esta poeta nos ofrece, en pinceladas breves, su visión de la nostalgia que nos acompaña desde siempre, que en ella asume tan pronto las formas de paisajes lejanos, situados al sur o del otro lado del mar, como de recorridos familiares, tales como una calle de la ciudad natal. En estos poemas asistimos a la capacidad de sobrellevar el exilio —que lo mismo puede ser de la tierra como de los afectos, o del propio yo-mediante el rescate de las imágenes familiares y queridas de la infancia, o la recreación de los personajes y lugares que nos han acompañado y que constituyen nuestra identidad más arraigada: los macuelizos, la lamparita de aceite, el perol, la leña, las goteras, la calle, el café, la gata...

Y el mar, siempre el mar, Para mis amigas ausentes, Exilios, Cafetería para Alexis, Reencuentro, Amigo, Cocinera, Calle de la Fuente, Amores extraños y Mensajes oníricos son los poemas de corte interiorista y sobrio estilo en el manejo del verso breve que conforman este poemario.

Aun cuando los sentimientos evocados por Alejandra son universales, la soledad, la nostalgia, la ternura de las cosas pequeñas, la amistad… nos apropiamos y hacemos nuestros los escenarios lejanos que ella plantea por su manera de expresarlos. Y no es casual que el primer poema con el que inicia su particular  exilio esté dedicado al mar, que simboliza la hondura/soledad, la nostalgia/vacío, la inmensidad/ misterio. Pero al mismo tiempo el mar es un puente que nos reintegra al origen y nos devuelve lo que habíamos perdido. Como la poeta expresa,

“Me confundí

con las ventanas

hasta atravesar

la puerta

y entré

en mi hogar”

Y es que las personas que se ven obligadas a vivir en el exilio, no solo implica separarse del lugar en el que se vive; es mucho más complicado que eso. Se trata de despegarse del lugar en el que se ha crecido, en el que hemos aprendido. De la gente que se queda atrás con él, de os momentos vividos allí. Un lugar que toma una importancia no solo de supervivencia, por tener que vivir en él, sino que se le adhieren valores que trascienden lo material. Abandonar algo así no es fácil, mucho menos cuando se da de forma involuntaria, como se da mediante el exilio.

En el mismo poema Exilios, Alejandra plantea que podría ser cualquiera el que olvide desde los objetos cotidianos como unos lentes, el paraguas, el cepillo de dientes hasta el medio para regresar; ya sea el ten, el bus o el avión. Pero más grave que cualquiera de estos olvidos es la pérdida del nombre, es decir, del yo que nos asegura un lugar en la vida.

“Pero lo peor fue

la última vez

que perdió su nombre

al quedarse dormido

en una maloca piaroa…”

Los Piaroas son un pueblo indígena que vive en las orillas del Orinoco y sus ríos tributarios en la actual Venezuela y en algunas zonas de Colombia. Y una maloca es un edificio tradicional para uso familiar y comunal utilizado por los pueblos indígenas en las regiones amazónicas de Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. La forma de la planta puede ser circular, rectangular u ovoide.

Cabe mencionar que la poeta Alejandra Flores realizó estudios de Antropología en la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia y durante una temporada vivió en el área rural de la Sierra. De hecho, su primer libro, Destino ultrajado, contiene matices de arraigo sentimental; asimismo, incluye a la gente con la cual ella se identifica y comparte sus vivencias, de esta etapa de su vida.

El ultraje del destino personal se manifiesta en ciertos poemas a manera de extensión frente al que sufren las comunidades y etnias ante la aculturación, alienación y sumisión a que les someten minorías poderosas de toda índole... De esta experiencia surge la conformación de más y mayores contradicciones personales. Por un lado, erige la moral tradicional como asidero firme de su existir; por otro, se asombra de que esta misma moral haga caso omiso del sufrimiento aborigen y se duele de ello, como si su participación fuera decisoria en la toma de acciones frente al pueblo oprimido.

En palabras de la escritora hondureña María Eugenia Ramos, con Exilios interiores, Alejandra Flores Bermúdez nos demuestra que para ella escribir poesía es una manera de entender su mundo; un mundo que, como el de todos, tiende a despedazarse para después reconstruirse con una nueva dimensión y nuevos rostros, en una espiral más o menos violenta que en cierta medida nos asegura la inmortalidad.

Vivir el exilio es tan duro como vivir el dolor de la injusticia, algo que experimentan muchos centroamericanos a diario. Pero vivir en el exilio también es resistir; porque aunque sea desde lejos, las voces también se escuchan. Vivir en el exilio es también es no olvidar. Pues como plantea la poeta Alejandra Flores, la reconstrucción del mundo, de nuestro mundo, pasa por la recuperación de la memoria, tanto ancestral como inmediata.

Y estamos seguros de que, con los versos exiliados de esta poeta, esa reconstrucción, tan necesaria como restauradora, nos ayudará a aferrarnos a nuestros símbolos de resistencia y a no olvidarnos de nuestro propio nombre y tal vez, con suerte, alcanzar la inmortalidad.


Alejandra Flores Bermúdez escribió Exilios interiores y Guardabarranco editorial la imprimió en 1995.

Alejandra Flores Bermúdez nació en 1957. Es una reconocida escritora, poeta, narradora, traductora, artista y promotora cultural hondureña. Realizó estudios de Antropología en la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia. Ha sido catedrática de Literatura Hondureña en la Universidad José Cecilio del Valle y de inglés en el Centro de Diseño Arquitectónico y Construcción. También profesora de inglés en el Instituto Hondureño de Cultura Interamericana. De sus poemarios mencionaremos Destino ultrajado, Exilios Interiores, Sobretodo, Rimas y Rondas, Sol pétreo, Cartas al mago, Viaje a la Guaira, En busca de Polaris un norte Imaginario y Este cultivo de anémonas. De sus libros de cuentos, destacaremos Cantos de barro, ilustrado por ella misma y Por la vereda.

Su obra aparece en varias antologías nacionales y extranjeras como: “Honduras Mujer y Poesía” de Ada Luz Pineda, de Editorial Guardabarranco, An Anthology of contemporary Honduran Women Writers por Amanda Castro, de Mellen University Press, en 2001, “Cuentistas Hondureñas” por Jessica Sánchez, de editorial Letra Negra en 2006), “Stigar-Senderos”, antología de poetas mujeres centroamericanas por Luz Lescure, de la Biblioteca Real de Estocolmo, en 2003, entre otras. Su obra aparece en revistas tanto nacionales como internacionales, tales como Ixbalam de Honduras, Saudade de Portugal y SAFO de Chile. Su obra ha sido traducida al inglés, portugués y sueco.

Ha participado en muchos recitales de poesía, entre ellos en la Casa de la Cultura de Ocotal, Nicaragua, 2008 y en comunidades cerca de Esquipulas, Guatemala entre la comunidad Chortís, 2008. Participó en la elaboración de un proyecto de educación indígena en 1977 conviviendo entre la comunidad indígena Arhuaca durante un año en la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia.

En 2011, la Asociación Nacional de Escrituras Hondureñas (ANEH) le otorgó el Premio Nacional de "A CUATRO VOCES". En 2012, fue nominada para representar a Honduras en el Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil.

Como artista ha participado en varias exposiciones de pintura en el Instituto Hondureño de Cultura Interamericana, la Logia Masónica y en el Instituto Nacional de la Mujer. Es cofundadora de la Asociación Nacional de Escritoras Hondureñas.

Con este pod Exilios interiores de Alejandra Flores Bermúdez iniciamos la segunda temporada de Centroamérica entre líneas. Este es un blogcast sobre narrativas, poéticas y escritores de Centroamérica. Cada dos semanas abrimos las páginas de un libro de Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala o Nicaragua. El contexto social, económico y cultural de la región centroamericana se filtra entre las líneas de la narrativa de sus realidades. Y en Centroamérica entre líneas se convierte en una dinámica de construcción literaria, de búsqueda y descubrimiento, de la mano de autores y autoras del istmo centroamericano. Está  disponible en Spotify, Ivoox, Apple Podcast, en la plataforma de boletines electrónicos, Substack, y en nuestro sitio web labiblioteca.org en la opción blogcast.

Así mismo iniciamos la cuarta temporada del podcast Emociones entre líneas. Han sido más de 77 capítulos y más de 380 lecturas referenciadas en estos tres años de construir caminos literarios; y esperamos seguir tejiendo entre líneas este universo de emociones únicas que nos ofrecen los libros y las lecturas.

Y en el marco de este inicio de temporada, anunciamos que en breve lanzaremos la iniciativa Historias de un espresso publicándose alternativamente con el podcastemociones entre líneas y centroamérica entre líneas. A veces no nos damos cuenta de que la brevedad de un instante es tan intensa como los segundos que dura las mágicas notas de un café solo recién hecho. Una magia aderezada con las palabras impresas de un libro o aquellas que vuelan en nuestro imaginario literario. En historias de un espresso, seremos palabras que bailan con el aroma de un café espresso, seremos historias que no son únicas sino de cada quien que las abraza. Estas serán nuestras pequeñas historias que también podrán ser las suyas. Historias de un espresso estará disponible en nuestro canal de Apple Podcasts, y en nuestro sitio web, labiblioteca.org, en la opción micropodcast.


Fuentes consultadas:

  • Flores Bermúdez, Alejandra. Exilios interiores. Tegucigalpa: Guardabarranco, 1995.

  • Giménez Micó, José Antonio (2020). Alejandra Flores Bermúdez. En Registro creativo (1 de febrero). Recuperado de: enlace

  • Alejandra Flores Bermúdez (201?). En Espacio Latino. Recuperado de: enlace

  • Sabido Sánchez, Fernando (2012). Alejandra Flores Bermúdez. En Poetas del siglo XXI, antología mundial (27 de noviembre). Recuperado de: enlace

  • Alejandra Flores Bermúdez (2023). En Nube cónica, revista de poesía y arte (año 4, no. 10, julio). Recuperado de: enlace

  • Por la vereda ya está en las librerías (2008). En La Prensa, (11 de mayo). Recuperado de: enlace

  • Pineda de Gálvez, Adaluz. Honduras: mujer y poesía, antología de poesía hondureña escrita por mujeres (1865-1998). Tegucigalpa: Guardabarranco, 1998. ISBN: 99926-12-04-5.

  • Arroyo, Lorena (2023). De incógnito, perseguidos o en el exilio: los periodistas resisten en Centroamérica. En: El País Internacional (28 de mayo). Recuperado de: enlace

  • Exiliados, encarcelados y espiados: el costo de informar en Centroamérica (2024). En: El Faro (7 de marzo). Recuperado de: enlace

  • Enríquez, Octavio (2023). El éxodo de los periodistas centroamericanos bajo ataque. En: Confidencial (8 de septiembre). Recuperado de: enlace

  • Asesinatos, persecución y exilio: el periodismo está bajo ataque en Centroamérica (2023). En: Perspectivas suizas (30 de mayo). Recuperado de: enlace

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