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La lengua de los gatos
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La lengua de los gatos

de Gerson Ortiz

El binomio humano y gatos es una relación basada en intereses comunes: por parte del humano, afecto y presencia y de parte de los gatunos, existencia y confianza. Los gatos no suelen tener actitudes gregarias y la amistad entre gatos y humanos se basa en determinados supuestos: si estos supuestos empiezan a fallar en la vida real, el lazo amistoso puede debilitarse y romperse. Y para mantener este delicado equilibrio, debemos empezar a abandonar la visión antropocéntrica de la relación ser humano-mascota: la premisa es que nuestros gatos no deben ser subordinados nuestros, sino amigos en condición de iguales.

Una de las muchas señales que los gatos demuestran esta relación equitativa es que ellos se comportan con nosotros de un modo idéntico al que emplearían con otros gatos. Aunque nos perciban como seres torpes, no nos consideran tontos ni estúpidos, ya que los gatos no se frotan contra otro gato que sea inferior a ellos. Una vez establecida esa relación equitativa de amistad, los gaturris tienen una particularidad especial; se acercan a la gente y la aceptan a través de la lengua; si un gato te lame, definitivamente formas parte de su círculo de confianza; te aceptan com parte de su existencia. Y paradójicamente, la lengua gatuna es áspera. Sus lenguas están cubiertas de cientos de espinas puntiagudas curvadas en la misma dirección llamadas papilas, que son las responsables de darle un tacto tan áspero a su lengua. Estas finas estructuras contienen una cavidad vacía en la punta que desempeña un papel clave en el aseo felino y en su forma de desmostrarnos su confianza en nosotros. Un acto de cariño y lealtad que, en verdad, puede llegar a lastimar; como la vida misma nos puede llegar a tratar.

Y así es la narrativa de Gerson Ortiz; así son sus relatos que componen La legua de los gatos; textos breves que te atrapan y te hacen suyos sintiendo la aspereza de las oscuras realidades de sus personajes y los sórdidos escenarios en los que se desenvuelven. Ejemplo de ello es que en uno de sus relatos encontramos a un despreciable ser humano que desarrolla una empatía y cariño sincero con un gato, desvalido y maltratado por la vida. Un depredador sexual que seguramente ha sufrido tanto o más como el gato con el que proyecta. Y es que los relatos de Gerson orti, son simbólicos e introspectivos por que el autor es un verdadero intonauta; reflexiona sobre su existencia y sobre la de los demas desde un plano interior.

Todo relato de ficción representa la oportunidad de separarse de la cotidianidad pero resulta ser una acción que se camufla en actividades con la soledad misma. Es un instinto que se logra con dificultad, ya que existe ese miedo de encerrarse con el propio ser, de pasar el límite de las ideas y atravesar el mundo de la imaginación, y desde allí ser capaz de crear situaciones y hasta personajes que revelan aquella esencia distintiva del ser humano. Y Gerson Ortiz, en vez de lanzar una mirada hacia afuera, sus ojos están puestos en el interior, en el pensamiento, en entender la mente en un viaje de infinitas posibilidades.

Esta obra está compuesta por seis relatos: Retrato hablado de una noche, Fracturas de tiempo, La lengua de los gatos, Esta no es la historia que he venido a contar, Anhelo forastero y Nébada de fieras. Estos tetxos atraviesan las fracturas de la cotidianidad y muestran una realidad descarnada, narrada por personajes que hablan desde una impetuosa honestidad sobre las heridas aún abiertas de sus corazones.

Música, animales, muerte y sexo vibran en estas páginas. Las canciones de Silvio Rodríguez, de Leonard Cohen y de los ácidos raperos y reggaetoneros son personajes que se cuelan en las historias; la muerte y las trompadas vienen con la precisa parsimonia de lo inevitable; los gatos se asoman al exacto abismo de sus humanos dolientes; y las escenas de camas destartaladas y malolientes son tan propias del ser latino como el aroma de los guisos de abuela.

Sus personajes son unidimensionales y están rotos por dentro, fracturados con heridas abiertas pero que conforme se alimentan de la narrativa, van recomponiéndose de una u otra manera, para seguir subsistiendo en su contexto urbano. Son personajes solitarios, con un aúra gris, que hablan de su permanencia rota y la oscuridad que provoca estar vivo. Los relatos de Gerson nacen de la existencia y se encaminan hacia el dolor. Gerson Ortiz, además de ser un intronauta, también es un urbanita.

Ortiz sitúa sus cuentos en la ciudad de Guatemala, ciudad que es un perfecto personaje para en la narrativa, sin embargo, da la sensación de haberla dibujado al carboncillo empelando un difumino; sin llegar a desdibujarla, solo el lector que vive en la ciudad, o por extensión en cuaquier ciudad centroamericana, pues estas historias pueden pasar en cualquer lugar del mundo, podrá comprender el trasfondo de los escenarios que el autor establece; como aquella sórdida experiencia en un motel del Centro Histórico del relato Esta no es la historia que he venido a contar.

Estos relatos cortos definen la construcción literaria del autor. Sus descripciones son enomermente descriptivas, sensoriales y visuales. Gerson Ortiz, además de ser un intronauta y urbanita, también es un narrador orgánico; su formar de contarnos estas historias nos hace sentir las lamidas ásperas del gato Murakami del relato La lengua de los gatos, o la sensación nausebunda del motel de mala muerte del centro histórico de Ciudad de Guatemala, en los que los personajes de Esta no es la historia que he venido a contar, deciden dar rienda suelta a sus más viscerales pasiones.

Los relatos surgen como historias de la cotidianeidad del autor, llegando a un punto en que las historias se entretejen con un punto en común, compartiendo un camino narrativo bajo el espectro del ronroneo gatuno o la languidez de las calles de ciudad de Guatemala. Gerson y su narrativa sabe cómo provocar, incitar, excitar los sentidos de quien lea, de quien se dé la oportunidad de imbuirse en “La lengua de los gatos”. El crea personajes profundamente complejos y a la vez tan simples como cualquiera. Sus narraciones son un retrato perfecto de la soledad en compañía. Y desborda belleza dentro de la oscuridad de sus personajes, a pesar de la barroquidad de las situaciones. Su trabajo narrativo es inteligente, imaginativo y audaz, logra hacer entrañables a esos personajes reconocibles y siempre sorprendentes: incluso los seres más malvados o ridículos son a la vez la personificación de una sociedad enferma y nuestros hermanos perdidos.

Por que Gerson Ortiz, además de ser un intronauta, urbanita y narrador orgánico, también es provocador.


Gerson Ortiz escribió y autopublicó La lengua de los gatos y Roberto Herrscher, escritor y maestro de periodismo narrativo, se encargó de la redacción del epílogo del libro.

Gerson Ortiz nació en 1984. Es periodista y comunicólogo guatemalteco. Ha trabajado como reportero y columnista en Diario La Hora y como editor en elPeriódico, ambos en su país natal. También ha colaborado en medios internacionales como Cinco Días (España) CNN (México) y Exandas (Grecia). Gerson Ortiz es un lector empedernido de crónica, impecable en su apego a la calidad y la ética. Este fabulador es la extensión lógica de aquel reportero riguroso. Soñarás jamás fue su primera obra autopublicada en 2018. La lengua de los gatos, el segundo libro de ficción de este aguerrido periodista, es tan centroamericano en sus paisajes, miedos y miserias apenas atisbados, como universal en su escudriñar sabio por los rincones oscuros del alma humana. Aquí bulle y susurra la urbe caótica y desproporcionada, siempre al borde de lo rural y antiguo, poblada por fantasmas de una nutrida tribu de solitarios.

Los sueños son para el escritor y periodista guatemalteco Gerson Ortiz la prolongación o la vida misma. Ellos marcan profundas huellas en sus escritos y muestran que este joven valor de la literatura centroamericana que encuentra en la soledad, la muerte, la cotidianidad, las artes en sus diversas manifestaciones y el mundo onírico, los elementos donde el lector queda atrapado y se envuelve mágicamente en una promesa que atrapa a todas luces.


Fuentes consultadas:
Ortiz, Gerson. La lengua de los gatos. Guatemala: Editorial independiente, 2020. ISBN: 978-99939-0-166-2
La lengua de los gatos, de Gerson Ortiz (2020).  En Gazeta, de la A a la Z. Recuperado de: enlace
Gerson Ortiz (2018).  En Esquisses (18 de agosto). Recuperado de: enlace
Herrscher, Roberto (2020). Gerson Ortiz: elogio del reportero guatemalteco devenido fabulador.  En El Boomeran(g), blog literario en español (11 de diciembre). Recuperado de: enlace
Calles, Juan (2020). Narrativa en construcción, “La lengua de los gatos” habla de futuro.  En Barrancópolis (29 de diciembre). Recuperado de: enlace
Shaw, Richard(2021).Gerson Ortiz: lengua de gato. En Conexión GT / Revista C4 (9 de septiembre). Recuperado de: enlace
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